Hecha de mutilaciones verbales y fulguraciones musicales que incendian la oscuridad, la poesía de Gonzalo Rojas es un canto desesperadamente terrestre al planeta, a la patria, a la mujer, a la amistad, al vagabundo que es él mismo: esas sencillas y hondas cosas que alumbran el camino difícil que lleva al paraíso perdido de este mundo.