Agustinos, haciendo historia en Málaga no es sólo historia de una Orden o de un colegio. Es Historia de Málaga, de la Enseñanza en Málaga, de algunas cofradías de Semana Santa, del origen del baloncesto en la ciudad, etc.
Es una obra colectiva escrita por más de 250 autores de todas las ramas del saber (desde el Príncipe Miguel de Grecia tío de la Reina Sofía, hasta embajadores, escritores consagrados, etc.) e incluyendo también semblanzas que comprenden desde alcaldes de Málaga y presidentes de la Diputación hasta el inventor del Palé o el dueño de la Bodega de la Casa de Guardia, pasando por figuras de la talla como D. Manuel Laza o el Padre Andrés Llordén.
Más de 500 páginas por volumen y miles de fotos (en total) en blanco/negro y a color. No se ha hecho nada parecido en España, a este nivel, hasta la fecha, según un estudio de la Univ. de Málaga, donde se enseña y comenta esta obra a nivel de Máster (curso 2022-23).
Los agustinos llegaron a la provincia Málaga poco después de la reconquista de la capital por los Reyes Católicos. Ya a finales del s. XIX con la fundación de la Provincia Agustiniana Matritense, de clara vocación a la Enseñanza, le fue ofrecida a la Orden de San Agustín el hacerse· cargo del nuevo colegio del Sagrado Corazón de Ronda, cuyas clases se abrieron a principios del XX. Ello fue la semilla para fundar el Colegio de San Agustín en la capital malagueña en 1918 y que cerró sus puertas en 1972. Cerca de 5.000 alumnos pasaron por las aulas de San Agustín, no sin antes en 1968 ceder el testigo al nuevo y espacioso Colegio Los Olivos, en pleno campo y mirando al mar
125 años después de haberse puesto la primera piedra en el colegio rondeño, más de 17.000 alumnos entre los tres colegios agustinianos de la provincia de Málaga se han formado en estos centros, de donde han salido hombres y mujeres, que han ocupado los puestos más diverso; en la sociedad española y en instituciones del extranjero. Además, en ellos se han educado, no sólo brillantes profesionales, sino personas que viven y propagan con su buen hacer los mejores valores de la Escuela Agustiniana.
Uno de estos alumnos fue Miguel de Grecia, tío de la Reina Sofía, de quien entresacamos sus siguientes palabras en el volumen 1 (pp. 265-267), centrado en el colegio de San Agustín:
Pasé unos años muy felices en Málaga. Fue al terminar la Segunda Guerra Mundial y tenía entre seis y nueve años. Me acuerdo con profunda emoción del colegio de los Agustinos, que fue mi primera escuela y del Padre Silverio, que me daba lecciones particulares, por la tarde, después de clase. Ha pasado mucho tiempo pero mis recuerdos son más jóvenes que nunca y estoy muy agradecido a España por la hospitalidad que nos ofreció a mi madre y a yo. (octubre 2020)
Testimonios, historias de vida, historias de la Málaga del s. XX y parte del s. XXI, contadas en primera persona, en cada uno de los tres volúmenes. En el volumen 2 (p. 650), centrado en el colegio de Los Olivos, alguien nos cuenta:
Entonces [mi madre] sí me miró. Su mirada emocionada, brillante y orgullosa todavía me hace un nudo en la garganta al recordarla. Me transmitió sin hablar todo su afecto, esperanza y gozo por llevarme a aquel colegio que sin haberlo visto nunca era en mi imaginación el mejor y más maravilloso que entonces se podía permitir la Málaga de aquellos tiempos [
]. Me acompañó al autobús escolar y al partir de despidió como años más tarde la vi despedirse para no volver a verla nunca más.
También sobre la importante contribución a algunas de las Cofradías de la Semana Santa Malagueña se escribe en el volumen 3. (p. 1039), como cuando en 1970:
Los niños de Los Olivos, con sus trajes azul, guantes blancos y una ramita de olivo en las solapas, asombraron al público cuando desde la estatua del Marqués, enfilaron la calle Larios a paso lento, meciendo el trono prestado por la Hermandad de la Pasión, sobre el que la Virgen de la Caridad parecía ir paseando, y así, recreándose, recorriendo toda la calle, sin una parada, hasta la tribuna de la plaza de la Constitución. Era algo nunca visto en Málaga. Por primera vez los alumnos de un colegio malagueño habían sustituido a los habituales cargadores del muelle, y con apenas diecisiete años, estaban dando una lección de respetuosa devoción y entrega desinteresada.
En el volumen 3 es donde también se habla del origen del baloncesto en Málaga y que asimismo incluye 69 semblanzas de religiosos, profesores y alumnos que dejaron honda huella (el Padre Andrés Llordén, D. Manuel Laza, el escritor y poeta Manolo Alcántara, el alcalde de Málaga Francisco García Grana, el inventor del Palé Paco Leyva o el dueño de la Bodega de la Casa de Guardia José Garijo, y un largo etcétera
)