Hay una realidad profunda y espaciosa que abraza la paradoja de la existencia. Cuando la experimentamos, podemos vivir el dolor en medio de una honda serenidad.A veces la vida se hace poema y todas las cosas se expresan libres, cada una con su propia voz; brotan versos palpitantes de alegría, dolor, miedo, amor, duda o calma, versos cotidianos que hablan de todo lo que hay y hablan a toda persona atenta a la voz de la existencia.A veces la vida se muestra como espacio amoroso que posibilita y sostiene la danza de los opuestos, que armoniza la tristeza en la paz, el dolor en el gozo, el «no puedo» en la apertura y la posibilidad infinita?
Esther Fernández Lorente (Calahorra, La Rioja, 1966). Estudió Filología Hispánica en Zaragoza y terminó la licenciatura en la Universidad de Navarra. Licenciada en Teología por la Universidad de Deusto. Vive en Pamplona desde 1990.
Dedicada al mundo educativo, ha trabajado en numerosos centros como profesora de Lengua y Literatura castellana. En estos últimos años, se ha dedicado a tareas de gestión en el CIP Huarte, del que, actualmente, es directora.
Se ha formado y se sigue formando en diferentes líneas de autoconocimiento y autocomprensión. Acompaña a personas y grupos en este camino de consciencia y crecimiento al que dedica buena parte de su tiempo.
Como ella misma reconoce, es hija de una estirpe de poetas y cantores que apenas dejaron oír su voz. La poesía rodeó su adolescencia y comenzó a escribir muy pronto, es más, siempre ha escrito para comprenderse y aprender a decirse. Hace un tiempo, se animó y le animaron a compartir su palabra y, de ahí, surge este segundo poemario.
