Cuando la religión se encuentra entre la Escila del fanatismo y la Caribdis de verse sustituida por la ciencia y la filosofía, es oportuno volver la vista a la figura del filósofo poeta que fue George Santayana. Enfrentado él mismo a la crisis religiosa propia de la juventud y del auge del positivismo en el siglo xix, nunca dudó sin embargo de la naturalidad del impulso religioso. De ahí que, cuando el crítico norteamericano Logan Pearsall Smith decide, en 1920, presentar al público inglés una antología de la ya extensa obra de Santayana, no ha de extrañar que uno de sus apartados fueran estos Pequeños ensayos sobre religión.
Con la intensidad y amenidad que caracterizan toda antología, Santayana ofrece en estos veintidós ensayos otras tantas perspectivas sobre la religión. Buen conocedor de las culturas latina y anglosajona, ejerce de católico entre protestantes y de protestante entre católicos, emulando a su admirado Hermes. Establece así un diálogo entre religión y filosofía que representa una de las posturas intemporales y, por eso, plenamente actual, en una cuestión nunca cerrada del todo. No pudiendo ser agnóstico, puesto que él no tenía dudas en el asunto, ni creyente, puesto que, para él, Dios es poesía, Santayana es el escéptico más abierto al mensaje religioso y más comprensivo con su impulso íntimo.
Este libro, brillante ejercicio de ironía y de lucidez extrema, ofrece un antídoto contra todo fundamentalismo, mostrando el papel que un discurso racional bien temperado puede jugar en la relación entre filosofía y religión.
Nacido en Madrid de padres españoles, pero educado en Boston (Estados Unidos), donde alcanzó fama como poeta y filósofo en la Universidad de Harvard, viajero excepcional por Europa a partir de 1912 ?Ávila, Londres, París, Fiesole?, que eligió Roma como centro de sus últimos treinta años, Santayana logró una síntesis de lo más universal y rico de las tradiciones europea y norteamericana. La claridad, independencia y cordura de su pensamiento, unidas a la belleza de su expresión literaria, hacen de él un escritor atípico dentro de su marcado clasicismo, un sabio que contempla el mundo para ofrecer una reflexión esencial sobre la realidad humana y sobre las posibilidades de felicidad inteligente.En la vasta obra de Santayana, Soliloquios en Inglaterra y soliloquios posteriores (1922), un brillante entrelazamiento de literatura y filosofía, ocupa un lugar central entre sus libros de profesor ?Sonetos y otros versos, El sentido de la belleza, Interpretaciones de poesía y religión, La vida de la razón? y sus escritos de filósofo ?Escepticismo y fe animal, Diálogos en el limbo, El último puritano, Reinos del ser, Dominaciones y potestades y La idea de Cristo en los Evangelios?. En esta misma Editorial han visto la luz el inspirado Platonismo y vida espiritual (2006) y su autobiografía Personas y lugares (2002), además de la monografía de Daniel Moreno Santayana filósofo. La filosofía como forma de vida (2007).