GONZÁLEZ GOICOECHEA, ADOLFO
La profesión farmacéutica tiene como objeto material al medicamento, y crea riqueza en cuanto que contribuye a satisfacer las necesidades de salud de la sociedad. Este es el fin que fundamenta la actividad de una Oficina de Farmacia. A mediados del pasado siglo la aparición de una cada vez más pujante industria farmacéutica originó una evolución progresiva desde la actividad principal de la Oficina de Farmacia centrada en la elaboración de medicamentos, hacia un servicio profesional encaminado a la utilización racional del mismo. Cuando un farmacéutico en su Oficina de Farmacia, no sólo pone el medicamento a disposición del paciente, sino que supervisa la medicación, orienta sobre cómo utilizarla, detecta una reacción adversa, aporta su consejo, proporciona atención farmacéutica, interviene en una campaña de educación sanitaria o desarrolla una fórmula magistral, está añadiendo valor a la mera entrega o venta del medicamento, y por tanto creando riqueza al aportar valor añadido a un servicio que es demandado por la sociedad. Hoy, el farmacéutico de Oficina de Farmacia es reconocido por la comunidad como el especialista en el medicamento, y su principal y más inmediato consejero en lo que se refiere a su correcta utilización, en cada caso concreto. Ha sabido adaptarse al nuevo entorno creando riqueza, y esa riqueza genera el beneficio y la rentabilidad de la Oficina de Farmacia. Lo que se presentaba como una amenaza para la profesión se ha convertido en una oportunidad para su afianzamiento y desarrollo. Y la evolución continúa. Aumenta el número de especialidades farmacéuticas que han de estar disponibles en la Oficina de Farmacia, y se incorporan los productos de parafarmacia. Es necesario modificar la estructura: Aumenta el espacio destinado a almacenes, se buscan sistemas más eficaces de distribución y gestión de existencias, y disminuye la amplitud de la zona dedicada a la elaboración de medicamentos. Asistimos a una reingeniería de la estructura interna de la Oficina de Farmacia, y a nuevas formas de gestión. En definitiva, nuevos enfoquesnuevos retos, en que el farmacéutico ha de incorporar a su formación científica el conocimiento de las herramientas y técnicas de la gestión directiva empresarial. El futuro es hoy, se construye día a día. Con el ánimo de facilitar esta tarea se ha escrito este MANUAL PRÁCTICO DE GESTIÓN DE LA OFICINA DE FARMACIA.
