MAYUMI, INABA
En el extremo de una escarpada península, en un paisaje marítimo de verdes arrozales y acantilados de sosegada belleza, lejos de Tokio, una mujer de mediana edad desencantada y abrumada por la gran ciudad emprende el redescubrimiento de sí misma en una apacible soledad.
Humilde y pertinaz observadora, acompañada de su gato, aprenderá durante doce meses la sucesión de las veinticuatro estaciones del año japonés. Como un jardinero que respeta escrupulosamente su almanaque, desbroza y planta su jardín, se deja purificar por el viento, aprende a escuchar las criaturas del mar, hace mermelada de fresas silvestres, escribe haikus a la espera de las luciérnagas del verano y se adentra en el bosque, atenta a las presencias invisibles, observando la danza de la nieve.
Pasan las semanas y, al ritmo de esta narración fulgurante, dos tiempos se contraponen: el de su protagonista, que se encamina hacia la madurez la vida humana, concluye ella, es una estrella fugaz, y el de la naturaleza, en la que las resurrecciones se suceden y la vida no cesa de germinar. Su nuevo vínculo con la naturaleza, por tanto, es consuelo y es refugio: en ella, la belleza siempre perdura.
Pero en esta aldea en los confines del mundo, también la amistad y la ayuda mutua entre paisanos cobran todo su valor, como las brazadas de bambú colocadas frente a su puerta por su vecino, el señor Kurata, en época de cosecha o las cálidas visitas al taller de elaboración de miel de su amiga Kayoko.
Con una prosa evocadora y exquisita, Mayumi nos brinda una conmovedora novela sobre un renacimiento que resuena en cada página con descubrimientos inesperados y desborda un sensual amor por la vida.
(1950-2014). Debutó como escritora de ficción en 1973, cuando ganó el Premio para las Jóvenes Escritoras con el cuento «Aoikage no itami» [El dolor de una sombra azul]. En 1981 publicó su primer volumen de cuentos, «Hoteru Zanbia» [Hotel Zambia] y desde entonces compaginó su trabajo como editora con la escritura de ficción y la lírica. En 2008 ganó el Premio Kawabata por el cuento corto «Miru», y en 2010 fue galardonada con el Premio MEXT de las Artes. Con «La península de las veinticuatro estaciones» se alzó con el más prestigioso de los galardones literarios japoneses: el Premio Tanizaki.