De Jane Eyre (1847) solemos conservar la imagen ultrarromántica de una azarosa historia de amor entre una institutriz pobre y su rico e imponente patrón, todo en el marco de una fantasmagoría gótica. Y olvidamos que Jane Eyre tiene otras relaciones, otras historias: episodios escalofriantes de una infancia tan maltratada como rebelde, pasos de enfermedad y arduo aprendizaje en un tétrico internado, estaciones de penuria y renuncia en la más absoluta desolación física y moral, inesperados golpes de fortuna, e incluso remansos de paz familiar y nuevas -aunque engañosas- proposiciones de matrimonio.
Charlotte Brontë (Yorkshire, 1816-1855). Novelista inglesa componente de una familia cuyas obras transcendieron la época victoriana para convertirse en clásicas. Se casó en 1852 y, en 1855, estando embarazada, enfermó y murió de tuberculosis como sus hermanas. Desde que murieron, las circunstancias de sus vidas, sus muertes prematuras y sus sorprendentes logros han fascinado a las nuevas generaciones de lectores. La popularidad de Jane Eyre nunca ha declinado y constituye una expresión apasionada de las inquietudes y los problemas femeninos.