MARTÍNEZ-BURGOS, PALMA
Extravagante, filósofo, visionario o místico, El Greco ha alimentado los mitos y los tópicos que forjan su leyenda. Testigo de los «tiempos recios», cuando se silencian los ecos del Renacimiento y se deja sentir la presión de la Contrarreforma, abanderó la libertad del genio que no se somete a reglas ni a normas. Su obra, recogida aquí de forma íntegra, representa uno de los mejores capítulos del arte español.