MIN-GYU, PARK
Un enfermo terminal regresa a su pueblo en busca de una cápsula del tiempo que lleva décadas enterrada. Un dependiente de unos grandes almacenes emprende la persecución de un zepelín que ha soltado amarras por accidente. Una queja por ruidos genera un enfrentamiento entre dos vecinos en la víspera del fin del mundo. Tras descubrir un dildo en la cómoda de su mujer, un vendedor venido a menos se agarra a su última oportunidad para cerrar un trato. Dos hombres intentan recordar cómo acabaron en una torre de vigilancia desde la que tienen que disparar a unos misteriosos atacantes.
Al igual que Han Kang y Kim Young-ha, Park Min-gyu fue testigo directo de los cambios que tuvo que afrontar Corea del Sur a causa de la globalización y del crac financiero de 1997. Con el nuevo orden como telón de fondo, sus relatos, que parten de un enfoque realista, no tardan en abandonar toda lógica para revelar el lado oscuro de la vida contemporánea, sirviéndose siempre del humor descarado y de la imaginación desbordante que lo han convertido en uno de los autores predilectos de las nuevas generaciones de lectores de su país.
Park Min-gyu (1968) creció en la ciudad industrial de Ulsan, desde donde se trasladó a Seúl para estudiar escritura creativa en la Universidad de Chung-Ang. Debutó en 2003 con Leyenda de los superhéroes del mundo y El último club de fans de los Sammi Superstars, y desde entonces ha publicado varias novelas (Ping Pong, en 2006, y Pavana para una princesa muerta, en 2009) y colecciones de relatos, entre las que destacan Los estándares coreanos (2005; Hwarang, 2022) y Double (2010). Park es uno de los escritores mejor valorados de su país. Elegido por la crítica coreana como el más importante de la primera década de este siglo, ha recibido gran cantidad de premios, entre ellos el Munhakdonge, el Hankyoreh, el Yi Hyo-seok, el Hwang Sun-won o el Yi Sang.