CONRAD, JOSEPH
El Nan-Shan es un vapor que se dispone a transportar a doscientos culíes (trabajadores chinos) que vuelven a su patria después de siete años de trabajo, con el fruto de sus esfuerzos bien resguardado en un arcón personal.Desde las primeras páginas el barómetro registra una baja inusual, lo cual coloca al lector en la expectativa correcta, mientras se traza el per¬ l de ciertos personajes, entre los cuales destaca el capitán McWhirr, un hombre de pocas palabras, reservado, metódico y cerrado a las opiniones de los demás, que tiene mujer e hijos en tierra, con los cuales se comunica por carta doce veces al año. Por otra parte, destaca Jukes, el primer o¬ cial, un joven que se muestra contrario por forma de ser y por ideas al capitán, al que describe como tozudo, poco inteligente y nada creativo. Además, también destaca el señor Rout, jefe de máquinas, quien se escribe con su mujer, la cual realiza juicios que incluyen rotundas verdades. A todo esto, se acerca un tifón cuya peligrosidad ignorará el capitán McWhirr y que servirá de telón de fondo, el cual será aprovechado por Conrad para dedicarse a la observaci
Joseph Conrad (Józef Teodor Konrad Korzeniowski, 1857-1924) De origen polaco, perdió a sus padres cuando era niño y con sólo 17 años se embarcó por primera vez en Francia para iniciar su aprendizaje en la marina mercante. En 1886 obtuvo la nacionalidad británica y, ocho años después, abandonó la marina para dedicarse en exclusiva a la literatura. Pronto se convirtió en uno de los escritores fundamentales de la literatura inglesa, con grandes éxitos como El negro del Narcissus, El corazón de las tinieblas, Lord Jim, Tifón, El agente secreto, Victoria y Entre la tierra y el mar (Belacqva, 2006), entre otros. Cuando murió, había tenido tiempo de contrabandear armas para los revolucionarios carlistas en España, de viajar desde el archipiélago malayo hasta la costa caribe de Colombia, de tener dos hijos y escribir más de veinte libros, de ser admirado por Henry James y por André Gide, de negarse a recibir los máximos honores de la Corona Británica y de cambiar para siempre el arte de la novela.