MONTANELLI, INDRO
«Desde que comencé a pensar, tuve claro que sería periodista». Así empieza la historia profesional de Indro
Montanelli, periodista anómalo que, en su dilatada carrera, atravesó las aventuras más diversas, desde la juvenil
adhesión al fascismo (que se transformaría más tarde en enconada oposición y aversión), hasta la entrada en la arena
electoral de Silvio Berlusconi. El periodista más leído de Italia habla, con la sencillez y la franqueza que lo
caracterizan, de su vocación, sus aventuras, sus grandes reportajes desde los frentes de guerra o sus batallas
ideológicas. A lo largo del libro descubrimos a un hombre que no sólo nunca tomó partido por el vencedor, sino que
mantuvo siempre posiciones críticas. Pudo convertirse en el periodista predilecto del fascismo: no lo hizo. Pudo
jactarse de un pasado de perseguido: no lo hizo. Pudo unirse a la embriaguez del mayo del 68 y al conformismo de
izquierdas, pero fundó Il Giornale, recibió cinco disparos en el cuerpo y salvó la libertad de prensa en Italia. Fue
nombrado senador vitalicio, y se le ofreció la dirección del Corriere della Sera: rechazó ambos cargos. A los ochenta y
cinco años fundó La Voce.
Indro Montanelli (Fuccechio, 1909 ? Milán, 2001) fue uno de los periodistas más destacados del siglo XX. Aunque inicialmente comulgó con el ideario fascista, como muchos intelectuales italianos de su época, abandonó el partido durante la guerra civil española a causa de sus crónicas, muy críticas con la intervención italiana, que le granjearon las iras del poder. Se exilió, retornó a Italia en 1939 y estuvo a punto de morir ejecutado por escribir un artículo sobre la relación que Mussolini mantenía con su amante, Clara Petacci. Tras diez meses de cárcel, escapó y se refugió en Suiza. Regresó a Italia tras la segunda guerra mundial y comenzó a escribir en el Corriere della Sera, donde se fraguó su prestigio como maestro del periodismo italiano. En 1973 abandonó el Corriere y fundó Il Giornale Nuovo, de clara tendencia liberal conservadora. En 1994, cuando Berlusconi se lanzó al ruedo político, abandonó Il Giornale para fundar La Voce, que censuró abiertamente la gestión del primer gobierno de Forza Italia por sus concesiones a Bossi y a la Lega Nord.