FLÓREZ DE LOSADA, ÍÑIGO
Día tras día, millones de niños a lo largo y ancho del mundo civilizado occidental son obligados o coaccionados a pasar horas y horas sentados sin moverse, sin poder jugar ni relacionarse libremente, y sometidos a una rígida programación sobre lo que tienen que aprender en cada momento de sus vidas. La mayoría de la gente acepta esta situación como si se tratara de algo natural e inocuo, pero ¿qué consecuencias reales tiene sobre las vidas de las personas? ¿de qué manera afecta a nuestro desarrollo y a nuestra salud mental? ¿de veras se trata de un sistema efectivo de aprendizaje? ¿es realmente necesario quitarle o coartarle la libertad a un niño para que pueda aprender lo que necesita en su vida?