DRUON, MAURICE
Maurice Druon ha sabido narrar como ningún otro las historias secretas, las pasiones y las debilidades de ese periodo turbio de la historia de Europa en este tercer volumen de la saga «Los Reyes Malditos». Los venenos de la corona resucita los conflictos, odios, intrigas y crímenes que plagaron el reinado de dieciocho meses de Luis X. El desgraciado destino de la hermosa Clemencia de Hungría, llamada a ser reina de Francia y repentinamente viuda; los destinos truncados del joven lombardo Guccio Baglioni y de María Cressay, cuyos amores debieron enfrentarse a las prohibiciones sociales; los destinos violentos de la condesa Mahaut de Artois y de su sobrino Roberto, separados por un odio acérrimo, y, por fin, el trágico destino del rey Luis X, que en pocos meses lleva la obra del Rey de Hierro al borde de su destrucción. En Junio de 1316, el rey muere envenenado. Es la primera vez en tres siglos que un monarca de Francia fallece sin dejar heredero varón.
Maurice Druon (1918-2009) nació en París, hijo natural del actor ruso Lazare Kessel de la Comédie Française, quien se suicidó antes de reconocerlo. Estudió Letras y Ciencias Políticas y su temprano interés por la literatura le llevó a colaborar en prensa desde los dieciocho años. Después de haber combatido en los inicios de la guerra, dejó Francia en 1942 para unirse a las filas de De Gaulle junto con su tío, el escritor Joseph Kessel, con quien escribió la letra del famoso Canto de los partisanos que fue utilizado como himno por la Resistencia Francesa.En 1946 retomó su carrera literaria y en 1948 recibió el premio Goncourt por la novela Las grandes familias, primera parte de la célebre trilogía que completaría con las novelas La caída de los cuerpos y Cita en los infiernos (que Libros del Asteroide publicó en 2009). Entre su extensa obra, que consta de novelas, ensayos y obras teatrales y de literatura infantil, destaca también la exitosa serie de novelas históricas Los reyes malditos, que publicó entre 1955 y 1977. A finales de 1966 fue elegido miembro de la Academia Francesa, de la que fue secretario perpetuo desde 1985 hasta su dimisión en 1999. Desde esta institución se erigió en uno de los más acérrimos y polémicos defensores de la lengua francesa.Desarrolló también una brillante carrera política: fue ministro de Cultura entre 1973 y 1974 siendo Georges Pompidou presidente de la República, ocupó varios cargos diplomáticos y fue diputado por París entre 1978 y 1981. Entre las innumerables distinciones que recibió a lo largo de su carrera cabe nombrar la de Comendador de las Artes y las Letras. Murió en París pocos días antes de cumplir 91 años.