PINEDA SORIA, RAFAEL
La Palabra en Herrera no quiere ser un libro más de los muchos que se han escrito sobre ese gigante del catolicismo español del siglo XX, que fue don Ángel Herrera. Pretende ser el lanzamiento de un mensaje a la Iglesia española de hoy, a la ACdP y a la sociedad en general, fundamentado en el inmenso poder de la palabra de Herrera Oria. Empleando palabras de la Santa Doctora de la Iglesia, Teresa de Ávila, «vivimos tiempos recios. Y que en tiempos recios se necesitan, hombres recios amigos de Dios». En todas las épocas la Iglesia ha cumplido su misión profética. Si renunciara a ejercer esta tarea básica y fundamental en cada paso de la historia, dejaría de ser sal de la Tierra, luz del mundo y levadura en la masa. Hoy, muchos espacios de la sociedad demandan un grito profético. Este volumen quiere despertar la memoria y el recuerdo de un gran profeta que habló con responsabilidad y con fuerza sobre los problemas de su tiempo, que eran los de hoy. Aquella palabra que fue de «hormigón» quiere y espera que alumbre remedios a los males de hoy y despierte la conciencia adormecida de muchos. Aquí se presenta la figura gigante de Herrera con la frescura de un pensador de nuestro tiempo, con unas directrices plenamente válidas de las que no podemos prescindir en este tiempo complejo. Una sólida, apasionada y entusiasta llamada a la Iglesia, a los medios de comunicación social, a los partidos políticos, a los intelectuales y al pueblo.
Rafael Pineda ha sido un hombre próximo a Herrera, y un buscador de la verdad. De la verdad de sí mismo, característica que le ha llevado a cambios y rupturas de hondo calado en su vida. Por indicación de don Ángel Herrera, se licenció en Ciencias Sociales por la Universidad Pontificia de Salamanca y el Instituto Social León XIII. Formación que complementó con la licenciatura en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid donde recibió una especial influencia del profesor Luis Cencillo. Durante cuatro cursos, Rafael Pineda fue alumno de homilética de don José María Eguaras, que, a su vez, había sido discípulo aventajado de don Ángel Herrera en la Residencia sacerdotal del Barrio de Maliaño en Santander. Desarrolló también las labores de director gerente del Magisterio Rural (las escuelas rurales, la gran obra social de Herrera Oria en Málaga) y de secretario de don Emilio Benavent Escuin, obispo coadjutor de Ángel Herrera Oria en Málaga.