MISHIMA, YUKIO
En la casa de Kyoko los invitados son bien recibidos a cualquier hora. Ahí se reúnen cuatro jóvenes, de profesiones y caracteres diferentes, y algo en común: una conciencia estoica que les obliga a negarse a sí mismos, a aparentar que no creen en la existencia del sufrimiento en este mundo, acostumbrados a ocultar sus sentimientos, ese espejo roto en pequeños fragmentos de cristal en su interior. En esa casa no se toman en serio los matrimonios, las clases sociales, los prejuicios ni el orden, ni hay temas de conversación prohibidos. Sólo pensar que existe un lugar así en el mundo alegra a esos cuatro jóvenes, para los cuales ese lugar es un refugio y un faro.Yukio Mishima (1925-1970) es uno de los escritores japoneses más importantes del siglo XX. La casa de Kyoko, novela publicada en 1959, no había sido traducida al castellano hasta ahora. Cuenta las historias interconectadas de cuatro hombres que representan las diferentes facetas de la personalidad del autor: lo artístico en el pintor, lo atlético en el boxeador, lo nihilista en el hombre de negocios y lo narcisista en el actor.
YUKIO MISHIMA nació en Tokio en 1925 y estudió Derecho en la universidad de su ciudad natal. En 1944 publicó su primer libro, un volumen de cuentos, poco antes de ser convocado por el Ejército para una misión suicida en la que finalmente no se le admitió. Al terminar sus estudios entró en la administración pública, pero pronto abandonó su carrera de funcionario para dedicarse profesionalmente a las letras. Su primera novela extensa fue Confesiones de una máscara (Planeta, 1979), obra autobiográfica, centrada en el tema del despertar de la sexualidad. Su producción literaria, de la que forman parte El rumor de las olas (1954), El pabellón de oro (1956; Seix Barral, 1963 y 1985), El marino que perdió la gracia del mar (1963), Nieve de primavera (1966) y Caballos desbocados (1968), llegó a ser tan conocida en el extranjero que en 1968 estuvo a punto de que se le concediera el premio Nobel. El 25 de noviembre de 1970 se suicidó en Tokio según las normas de un elaborado rito tradicional.