BERGMAN, INGMAR
Dejando de lado toda inhibición, Ingmar Bergman nos conduce aquí por el apasionante recorrido de la creación artística, desde ese lugar privado y recóndito, donde se ocultan los fantasmas personales que originan con tanta frecuencia -y en Bergman casi siempre- las ideas y las emociones más fuertes, hasta el barullo de un plató, donde, ante decenas de personas, bajo los focos encendidos, con la cámara en acción, estos fantasmas, antes en tropel, empiezan a obedecer a un orden invisible, a encarnarse en una historia que pasará, por la magia del arte, a ser nuestra. Para ello, Bergman no tiene inconveniente alguno en sacar a la luz no sólo sus apuntes de trabajo, sino también sus diarios, en los que suele anotar las «fuentes reveladoras», los recuerdos, las imágenes, que dan lugar después a sus films. Nos cuenta de hecho un viaje fascinante por la memoria y «las difusas radiografías del alma». Este es el autorretrato de un artista para quien el arte, la obra y la vida es una misma y única cosa.
Ignmar Bergman, cineasta y hombre de teatro sueco, ha pasado a ser ya todo un mito en la historia del cine mundial. Pero pocos son los que saben que se casósiete veces, que tuvo ocho hijos, que mantuvo numerosas relaciones amorosas, algunas célebres, y que se codeó, entre otros, con gente como Greta Garbo, Chaplin o Ingrid Bergman. Y casi nadie sabía antes de leer estas memorias cómo, a muy temprana edad, se instalóel miedo en su alma, cómo descubrió, deslumbrado, el cine, con quéproblemas tuvo que enfrentarse como artista y realizador, cómo amóa las mujeres a quienes más amóy cómo la figura de su padre, pastor luterano, marcógravemente toda su existencia ?y parte de su obra. Al lector le sorprenderácon quéespecial sensibilidad de escritor y con cuánta conmovedora sinceridad ha sabido Bergman narrar éstos y otros episodios de su dilatada vida.