FRISCH, MAX
Walter Faber, un ingeniero que trabaja para la Unesco, es un personaje de mentalidad pragmática y carente de toda duda existencial. En un mundo dominado por la ley de probabilidades, Faber vive al servicio de una tecnología según la cual sólo lo tangible, aquello que puede calcularse, existe. Un accidente aéreo, una relación amorosa que arrastra una antigua culpa y otros sucesos imprevistos introducenen la mentalidad de Faber el sentido del dolor. El azar y el destino lo llevan finalmente hasta una playa de Grecia, donde, en un giro irónico con ecos de tragedia griega, Faber abandona su ceguera y reconoce una terrible y oscura realidad.
Dramaurgo y novelista, Max Frisch (Zurich, 1911-1991), estudió y ejerció
la arquitectura en su ciudad natal. Trabajó como corresponsal periodístico en Europa y Oriente Próximo, y decidió dedicarse plenamente a la creación literaria en 1955. Es autor de diversas obras teatrales, de relatos, de dos diarios (1946-1949 y 1966-1971) y, entre otras,
de las novelas Homo Faber (1957; Seix Barral, 1968), Digamos que me llamo Gantenbein (1964) o El hombre que aparece en el holoceno (1979). No soy Stiller (1954; Seix Barral, 1969 y 2005)
le consagró internacionalmente.
Hoy en día está considerado uno de los máximos exponentes de la literatura europea del siglo XX.