MARTÍNEZ DE VELASCO, LUIS
El conocido «giro» heideggeriano desde las posiciones fenomenológicoexistencialistas del año 1927 hasta los planteamientos ontológicotrascendentales de los años posteriores, permite la tematización de una humildad encargada de definir la posición del hombre en el universo sin delirios narcisistas. Hasta ahí puede decirse que los resultados teóricos de Heidegger coinciden con los de Kant. Sin embargo, el imperativo categórico kantiano en tanto que reflexión moral situada más allá de las expectativas ilusorias de un sujeto egocéntrico refleja, pese a su jundamentación en la humildad, un entusiasmo que contrasta agudamente con el pesimismo ético de Heidegger.