«iYo estudio! No soy más que el sujeto del verbo estudiar. A pensar, no me atrevo. Antes de pensar, hay que estudiar. Sólo los filósofos piensan antes de estudiar, dijo Bachelard, quien era filósofo, crítico y epistemólogo, pero también un pensador profundo y un poeta. En sus trabajos se reflejan tanto su precisión científica como su sensibilidad poética. Sus obras más importantes, El nuevo espíritu científico (1934) y La formación del espíritu científico (1938) alternan estos dos aspectos y siguen siendo fundamentales para discernir los problemás científicos contemporáneos. La idea principal se refiere a que en el futuro el conocimiento se basará en la negación del conocimiento actual. En los trabajos que se reúnen en estos Estudios: «Noúmeno y microfísica», «El mundo como capricho y miniatura», «Luz y sustancia», «Crítica preliminar del concepto de frontera epistemológica» e «Idealismo discursivo» se conserva la huella de itinerarios de investigación y de problemáticas.
Foto CC BY-SA 3.0 nl - Dutch National Archives, The Hague, Fotocollectie Algemeen Nederlands Persbureau (ANEFO), 1945-1989