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Varsovia, capital del país, es como el Ave Fénix que siempre renace de sus cenizas. Arrasada en su casi totalidad durante la Segunda Guerra Mundial ha resurgido de sus ruinas para seguir mostrando la cara que durante su dilatada historia se ha ido forjando: una ciudad abierta y animada, donde sus habitantes saben disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Cracovia, al contrario de Varsovia, luce un patrimonio cultural y monumental que ha permanecido intacto a lo largo de los siglos y las guerras. Tal vez debido a que en esta ciudad cayó una de las siete piedras mágicas que hay en el mundo. Al más rico conjunto monumental del país hay que añadir el legado histórico de su población judía, con el barrio mejor conservado y también con el museo creado en la que fuera fábrica de Oskar Schindler y dedicado a la ciudad
de Cracovia bajo la ocupación alemana.
MARISA VESTITA estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Lecce, al mismo tiempo que realizaba períodos de prácticas de cómic, diseño de decorados y arte teatral. Siempre curiosa por todo aquello relacionado con el mundo de la imagen, en 2002 se mudó a Milán, donde recibió sus primeros encargos como ilustradora. Está muy interesada en aplicar la tecnología informática al arte y ha completado un curso en diseño gráfico digital en el IED (Istituto Europeo di Design). Su obra está presente en grandes exposiciones por toda Italia. Hasta la fecha, ha colaborado con reconocidas editoriales y revistas a nivel internacional.