ANGO SAKAGUCHI
Un despiadado ladrón se ha instalado en las montañas y aterroriza a los viajeros que osan cruzar el solitario paso de Suzuka, un camino poco frecuentado que atraviesa un misterioso bosque de cerezos. Un día, en una de sus habituales fechorías, el ladrón cae rendido ante la arrebatadora belleza de una enigmática mujer y decide llevársela consigo para convertirla en su esposa. Subyugado por su hermosura, el bandido se desvivirá por colmarla de oro y joyas y accederá a trasladarse con ella a la capital. Una vez allí, el deseo irrefrenable de la caprichosa mujer lo sumirá en una vorágine de muerte y locura que solo podrá llegar a su fin de una única forma. Incluye también «La princesa Yonaga y Mimio» y «El Gran Consejero Murakami» otros dos relatos de Ango Sakaguchi protagonizados por mujeres fatales en los que la belleza se torna en perversión y el deseo, en violencia.
Ango Sakaguchi nace en Niigata en 1909. Su infancia triste y solitaria da paso a una adolescencia rebelde. En 1922 es enviado a Tokio donde entra en contacto con la efervescente vida cultural y bohemia de la ciudad. En 1928 comienza a publicar sus inconfundibles relatos, mezcla de terror con elementos grotescos e irracionales. Finalizada la guerra, sus ensayos inconformistas y provocadores desatan una oleada de entusiasmo y lo sitúan entre los autores más representativos y originales de posguerra. El éxito se extiende rápidamente a su producción narrativa, caracterizada por una concepción pesimista y nihilista de la existencia. Sakaguchi se obliga entonces a escribir a un ritmo incesante. Continúa escribiendo sin tregua hasta que, el 17 de febrero de 1955, muere a los 49 años de un aneurisma cerebral.