El sexo da mucho que pensar. La sexualidad no sólo rompe cabezas, sino también corazones. Sobre un humilde hecho biológico el sexo hemos construido un gigantesco mundo simbólico la sexualidad. La inteligencia transfigura la biología en cultura. Es un tránsito que comienza en la fisiología, atraviesa los tupidos campos de la religión, la psicología, la economía, la política, para llegar a la ética. Las noticias sobre la sexualidad parecen partes de guerra. «Las relaciones personales se han ido transformando en un combate continuo», dice un conocido sociólogo. «El amor se hace más necesario que nunca y, al mismo tiempo, imposible», afirma otro. Se teme que el enfrentamiento entre los géneros se endurezca. Las consultas de los sexólogos rebosan. Aumenta el número de personas que viven voluntariamente solas. Da la impresión de que hombres y mujeres no saben qué sentir ni qué hacer. La liberación de las morales va acompañada por una sumisión a las psicoterapias. Las discriminaciones no acaban de desaparecer. Cunde el pesimismo sobre la posibilidad de entenderse. «Y del confín del sexo llegan viejas demandas, Contra lo oscuro fracasa el Yo», escribió Rilke. Al autor de este libro le cuesta trabajo aceptar que el destino esté en manos de una inteligencia fracasada, y desea colaborar en la construcción de una inteligencia triunfante. La revolución sexual sirvió para quitarnos de encima supersticiones, injusticias y culpabilidades. Instauró una sexualidad desvinculada, que produjo un intenso y breve sentimiento de euforia. Nos protegimos del misterio del sexo con la trivialización. Pero no podemos estar siempre haciendo esquí sexual sobre la piel del otro. Hemos conseguido un sexo divertido y ahora nos gustaría inventar una sexualidad feliz. Del sexo ingenioso desearíamos pasar a la gran creación afectiva.
José Antonio Marina ha publicado en Anagrama Elogio y refutación del ingenio, Teoría de la inteligencia creadora, Ética para náufragos, El laberinto sentimental, El misterio de la voluntad perdida, La selva del lenguaje, Diccionario de los sentimientos (con Marisa López Penas), Crónicas de la ultramodernidad, La lucha por la dignidad (con María de la Válgoma), Dictamen sobre Dios, El rompecabezas de la sexualidad, Los sueños de la razón, Ensayo sobre la experiencia política, La inteligencia fracasada, Por qué soy cristiano, Anatomía del miedo, Las arquitecturas del deseo, La pasión del poder y La conspiración de las lectoras. Ha recibido, entre otros muchos galardones, el Premio Anagrama y el Nacional de Ensayo.