MACKENZIE, SALLY
La cogió por sorpresa Cuando un hombre desnudo entra por la ventana de su alcoba, Lady Elizabeth Runyon hace lo correcto: Grita con todas sus fuerzas. Y luego bueno, Lizzie ya está harta de hacer siempre lo correcto. Ahora quiere ser más descarada. Incluso lasciva. Nadie la obligará a que se ponga el camisón. Esta vez va a ser del todo atrevida. Ella le devuelve el favor Robert Hamilton, Conde de Westbrooke, no tiene ninguna intención de que una detestable mujer le engañe para casarse con él, y si para evitarlo tiene huir desnudo por el tejado, lo hará. ¡Genial! Una ventana abierta le aguarda y también la fascinante y hermosa Lady Elizabeth, sin ropa y un poco ebria. ¡Vaya por Dios! Si les pillan juntos, tendrá que casarse con ella. La idea es deliciosa y la tentación es irresistible.
Sally MacKenzie siempre quiso ser escritora. Fue a la universidad y se graduó en Filología inglesa. Después de eso, hizo lo que muchos graduados de su misma especialidad suelen hacer: se inscribió en la Facultad de Derecho. Sin embargo, no podía quitarse de la cabeza su sueño de escribir. A medio camino de su nueva carrera, se dio cuenta de que no le apetecía nada convertirse en abogada. Se dio de baja, volvió a su casa en Washington D.C. y, cuando sus hijos se hicieron mayores, se fueron a la universidad, se casaron y el nido empezó a quedarse vacío, se puso a escribir su primera novela.