PALACIO, PABLO / PALACIO, PABLO
Como todos colman el recuerdo con alguna dulzura, es preciso entrar en las suposiciones, buscando el artificio, y dar al Teniente lo que no tuvo, la prima de las novelas y también de la vida, que trae fresco olor de membrillo. Pero la historia no estará aquí: se la ha de buscar en el índice de alguna novela romántica y así tendremos que unas manos blancas acariciaron unos cabellos rubios y que el propietario de estos cabellos sentía crecer la malicia desde el cuero cabelludo, malicia soñolienta. Este supuesto recuerdo, que debe estar en los arcones de cada hombre, hace suspirar al Teniente.
María Antonia Velasco ha conseguido pasar muchos años en la Universidad evitando licenciarse en nada; lleva tiempo en la literatura, con escarceos en el periodismo y, más tarde, en la promoción de viviendas, demostrando que no tiene ningún miedo a la deslocalización. Tras algunos premios y varios libros editados, arrastrada a la ruina a causa del estallido de la burbuja inmobiliaria, se dedica, en el declinar de la vida, a jugar al póquer online y a escribir novelas.
Por otra parte, Pablo del Palacio, joven licenciado en Derecho, después de haber encadenado numerosos trabajos y casi tantos fracasos, decidió, hace un par de años, probar suerte con la literatura, y junto con Leo Margets publicó La Reina del Póker (Planeta, 2010). El éxito cosechado con la campeona le animó a refugiarse en los tapetes y en la escritura, espacios en los que, naturalmente, se encontró con María Antonia Velasco.