La gran característica de las sociedades postmodernas es vivir como si Dios no existiera. Es decir, en la vieja Europa, nuestros tiempos son época de ateísmo práctico. En efecto, buena parte de la sociedad Occidental, se ha instalado en el olvido de Dios. Pero: ¿realmente da igual que Dios exista o no? ¿No cambia nada para nuestras vidas personales y para nuestro futuro eterno, que Dios exista realmente o que solo sea una ficción de nuestra psiqué? ¿Cuándo los ateos niegan que exista ?dios?, en verdad están rechazando una representación fidedigna del Dios de los cristianos? Dios siempre está de moda. Nunca pasa su tiempo. El debate sobre su existencia o no, perdurará a través de los tiempos, pues la mente humana no puede dejar de plantearse las cuestiones metafísicas últimas. La religión, por tanto, nunca pasará a ser una cosa del pasado. Como la Metafísica, tiene asegurada siempre un lugar en el presente, mientras existan seres inteligentes que se planteen su origen último y se interroguen por el sentido de su ser. El ateísmo puede revestir un ropaje nuevo; y así se habla del Nuevo Ateísmo, repr