KAFFKA, MARGIT
Dos temas principales marcan el trabajo de Margit Kaffka: la desaparición de la nobleza y la condición de la mujer en el cambio de siglo del XIX al XX. Es a través de esto que Kaffka llega a sus crueles confesiones sobre sí misma, como mujer independiente, en medio de una sociedad húngara con una organización anacrónica y desgarrada por las contradicciones.
Sin embargo, lejos de lo que pudiéramos pensar, la autora no elige en Colores y años para dar voz a esos pensamientos a una mujer emancipada, sino a una figura que se autocondena a la resignación. Magda Pórtelky es una mente lúcida, víctima pasiva en su propia vida, que simboliza la tragedia de otras mujeres que luchan por sobrevivir siguiendo las viejas pautas sociales en un mundo cambiante.
Con su rico conjunto de personajes y su fuerte narrativa trágica, el mensaje de Kaffka sobre el destino de las mujeres asignadas a roles insignificantes en una sociedad controlada por hombres encuentra su verdadero eco en el trabajo de Virginia Woolf y otras escritoras del siglo XX.
Margit Kaffka (1880-1918). Llamada por Endre Ady «la grandísima escritora», Kaffka fue, y es, una de las más significativas autoras de la literatura húngara y la primera mujer admitida en el círculo de la revista Nyugat (Occidente), donde llegó a ser una integrante importante. Sus inicios se vieron influenciados por el poeta József Kiss y el círculo de escritores de A Hét (La Semana). Su carrera literaria se puede dividir en tres etapas: desde 1901 hasta el inicio de Nyugat en 1908; un segundo periodo que finaliza con el comienzo de la guerra en 1914; y el tercero, marcado por los duros años de la contienda.
En 1908 publicó sus primeros poemas y relatos convirtiéndose en colaboradora permanente de Nyugat, abandonando definitivamente la enseñanza para dedicarse por completo a la literatura.
En 1912 publicó su primera ?y quizás más importante? gran novela, Colores y años (Színek és évek). Exitosa fue también Hormiguero (Hangyaboly), publicada en 1917 y que evoca los años pasados en el convento.
Tras la Primera Guerra Mundial, el 1 de diciembre de 1918 cayó víctima junto con su hijo de la epidemia de gripe española.