PASCAL, DOMINIQUE
Blaise Pascal (1623-1662) fue un excelente matemático y un físico extraordinario. Aunque consideraba estas disciplinas como las más sublimes que haya inventado la mente humana, también las veía como un juego comparado con lo que verdaderamente importa en la vida: la fe. Ni las matemáticas ni la física nos consuelan frente a las desgracias inherentes a la condición humana; son incapaces de instruirnos acerca de nuestro destino, ni tampoco sobre el sentido de la vida y la muerte. Mediante la razón no se descubren las verdades máximas; es el corazón, que tiene razones que la razón no comprende, el medio idóneo para comprender aquello que de verdad nos importa. El destino humano se asemeja al de una cadena de presos que van cayendo uno tras otro bajo el hacha del verdugo. Pascal pensó como nadie en este horrible destino humano, como pocos también, dio soluciones: su famosa apuesta por la existencia de Dios. Hoy se leen sus pensamientos como una guía que nos enseña a vivir mejor y a encarar nuestro final con esperanza.