BEJART,MAURICE
La danza como disciplina artística exige un mínimo de inspiración y muchísima transpiración, le explica el célebre coreógrafo y bailarín Maurice Béjart a su joven aprendiz, en clara alusión a la ascesis transformadora a la que han de someterse el cuerpo y la conciencia del bailarín, extendiéndose este consejo a todos aquellos seres que estén buscando una mayor armonía entre su mente y su cuerpo. Entre consejos artísticos y existenciales dirigidos a un joven aprendiz, el célebre coreógrafo y bailarín Maurice Béjart crea en estas cartas un relato de matices autobiográficos, en el cual se suceden los viajes, las lecturas, las opiniones estéticas, las experiencias con otros artistas, la influencia de la filosofía y las religiones orientales. Pero el centro es siempre uno: la danza, la vida... y aquel Dios bailarín que proponía Nietzche.