SNICKET, LEMONY
If you have clicked to this site with the hope of finding a simple and cheery tale, I`m afraid you have chosen the wrong book altogether. The story may seem cheery at first, when the Baudelaire children spend time in the company of some interesting reptiles and a giddy uncle, but don`t be fooled. If you know anything at all about the unlucky Baudelaire children, you already know that even pleasant events lead down the same road to misery. In fact, in this book that now appears on your screen, the three siblings endure a car accident, a terrible odour, a deadly serpent, a long knife, a large brass reading lamp, and the reappearance of a person they`d hoped never to see again. I am bound to record these tragic events, but you are free to click your mouse to another site and seek something lighter. with all due respect, Lemony Snicket.
Lemony
Snicket, autor y narrador
de la serie, es un misterioso y elusivo escritor de quien Daniel
Handler es, según propia confesión, el «representante». De Lemony
Snicket se sabe a ciencia cierta que «nació antes que ustedes y es probable que
también se muera antes». De Handler, en cambio, se tienen algunos datos más.
Nacido en San Francisco en 1970, es un lector compulsivo y un consumado
acordeonista que, además, ha escrito tres novelas adultas: The Basic Eight, Watch Your
Mouth y Adverbs, esta última de próxima
publicación en Tusquets Editores. Autor de culto, que emplea la ironía e
innovadores formatos literarios para abordar los temas de siempre -la infancia,
el amor, las dificultades de la adolescencia- desde una perspectiva muy
personal, se consagró con el rotundo éxito mundial de la «Serie de
catastróficas desdichas», de cuyos tres primeros libros se hizo una adaptación
cinematográfica, con Jude Law y Jim Carrey en los papeles estelares.
Brett Helquist, nacido en
Arizona y con estudios de Bellas Artes en la Brigham Young University, es quien
ilustra esta serie. La deprimente tarea de ilustrar las tristes vidas de los
huérfanos Baudelaire le ha llevado a adquirir la costumbre de mandarse flores a
sí mismo, pero no parece servirle de mucho. Mientras tanto, sigue trabajando.