TWAIN, MARK
El autor recorre en La travesía del Pacífico (primera entrega de su viaje), las islas Fidji, Nueva Zelanda y Australia, y con su visión humorística describe con sencillez y melancolía, pero también con ironía punzante los hábitos y costumbres de los nativos y colonizadores del siglo XIX en las por aquel entonces colonias o áreas de influencia inglesa.
En India (segunda entrega de su viaje), el autor recorre Ceilán y todo el subcontinente indio colonial, incluyendo las áreas que con el tiempo devendrán las futuras naciones de Pakistán y Afganistán.
En el tercer volumen de Viaje alrededor del mundo, siguiendo el Ecuador, Twain llega a Suráfrica tras haber recorrido las islas del pacífico, visitado Nueva Zelanda, Australia e India. Sus descripciones de un territorio donde se enfrentan ingleses, Boers y zulúes, y de sus costumbres, están llenas de ironía. Sigue añorando un mundo primitivo que está dejando de serlo por causa de sus colonizadores, los ingleses, y aunque le sería fácil identificarse con los Boers, tampoco éstos escapan a su visión humorística y sarcástica pues encarnan un sentido rígido de la vida, lo que para un hedonista como Mark Twain no puede por menos que sorprenderle, ya que le recuerdan a los colonizadores de su país, Estados Unidos.
Mark Twain es el seudónimo con el que firmaba Samuel Langhorne Clemens (Florida, Missouri, 1835-Reddind, Connecticut, 1910). Norteamericano enormemente inquieto, su vida fue un constante ir y venir. Dejó la escuela a los trece años para entrar de aprendiz en una imprenta. Realizó las tareas más diversas y, sobre todo, escribió muchísimo. Con todo, jamás abandonó los estudios y se doctoró en letras y en leyes. Viajó por América y Europa y visitó Palestina y las islas Hawai. Su vida está plagada de anécdotas divertidas que demuestran una profunda independencia personal, un rechazo total a vivir con ataduras. Dio conferencias por todas partes y fue nombrado doctor honoris causa por la universidad inglesa de Oxford, una de las más prestigiosas del mundo. Su vida literaria se caracteriza por una producción muy abundante, llena siempre de humor, de un humor que con los años se fue volviendo agrio, profundamente crítico e incluso agresivo. En algunas de sus obras, como Las aventuras de Tom Sawyer, Mark Twain narra muchos hechos de su infancia, marcada por una sociedad, según él, estrecha y puritana.