GALVÁN, GUILLERMO
El año 572, el joven Wilya, hijo natural del difunto rey Liuva, es acogido en la corte visigoda de Toledo por su tío, el rey Leovigildo. Lisiado por un accidente infantil, Wilya se enfrenta a su inferioridad para alcanzar el sueño de convertirse en guerrero. A su pesar, participará en los turbulentos acontecimientos del reino: la rebelión del primogénito Hermenegildo, las campañas militares contra vascones, suevos y francos, la abjuración de Recaredo de la fe arriana y los levantamientos armados que esta decisión provoca. Todo ello le llevará a ser privilegiado protagonista en la creación del nuevo reino bendecido por la religión romana.
Nacido en Valencia, cursa sus primeros estudios en Madrid, donde comienza la carrera de ingeniería aeronáutica, que abandona por el periodismo. Más de 35 años de profesión continuada, en su mayor parte en la Agencia Efe, donde ha recorrido los terrenos del reporterismo, edición, información política y sociolaboral, y dirección. Su última actividad, redactor jefe del departamento de Radio. Ha trabajado y colaborado en varios medios escritos y radiofónicos (Radio Juventud, diario Arriba, Publicaciones Controladas S. A.) y fue subdirector y director en funciones de En Punta, una de las primeras revistas de Comunicación de nuestro país. A mediados de los 80 formó parte, como redactor jefe y subdirector, de Onda Madrid. Aunque participó en algunos trabajos colectivos de investigación, hasta 1998 no se decide a abordar su faceta narrativa. Con su primera novela, La mirada de Saturno, obtiene el Premio Tiflos (ONCE). A ésta siguieron El aire no deja huellas, finalista del IV Premio Diputación de Albacete de Novela Negra; Aislinn (Sinfonía de fantasmas), ganadora del IV Premio Río Manzanares (Ayto. Madrid) y finalista del XIII Premio de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios; De las cenizas, ganadora del XXIII Premio Felipe Trigo (una versión cinematográfica, bajo el título de Vorvik, se estrenó en 2005 en el Festival de de Málaga), y Llámame Judas, ganadora del VIII Premio Alfonso VIII y finalista de los premios de la Crítica Valenciana.