Las relaciones entre el cuerpo y la arquitectura han sido siempre estrechas y complejas. El tratadista romano Vitruvio habló de ello, y muchas de sus ideas fueron luego cristianizadas mediante la identificación simbólica de las iglesias con el «cuerpo de Cristo». La antropomorfización antigua de los soportes (las columnas, que eran «masculinas» o «femeninas») abrió la vía para una diferenciación sexual de la arquitectura. En Edificioscuerpo se habla de todo ello, se introducen numerosas apreciaciones novedosas y se examinan de modo especial esculturas habitables con formas humanizadas, bien sean proyectadas, construidas o imaginadas. Se consideran, pues, las aportaciones de arquitectos y artistas como Caramuel, Ledoux, Le Corbusier, Wright, Dalí, Charney, Finsterlin, Masson, Matta, Bruno Taut o Kiesler, sin olvidar el trabajo de creadores más recientes como Ernesto Neto.
Juan Antonio Ramírez (Málaga, 1948), crítico y ensayista, es catedrático de Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid. En Ediciones Siruela ha publicado la edición de los tratados de Prado y Villalpando sobre el Templo de Salomón con el volumen de estudios Dios, arquitecto (1991), Duchamp. El amor y la muerte, incluso (1993), La metáfora de la colmena. De Gaudí a Le Corbusier (1998) y Edificios-cuerpo (2003).