DGPUBLICACIONES/CONACULTA / RUBIAL GARCIA ANTONIO
En el siglo XVI América fue el lugar ideal para aplicar el mandato evangélico de bautizar a todos los pueblos de la tierra. Para ello, los misioneros bautizaron masivamente a muchas comunidades, destruyeron ídolos y templos, movilizaron y reubicaron a los pueblos indígena y, a veces, inflingieron castigos. Una de las premisas de su proceder fue introducir patrones occidentales de vida y convivencia como base de la cristianización.