MARTÍN HERNÁNDEZ, LETICIA
Desde que Ulises abandonó Ítaca hasta el día en que Stephen Dedalus y Buek Mulligan contemplaron la bahía de Dublín desde la tome de Martello, a través del agua no han dejado de fluir algunas de las mejores páginas de la literatura universal: los relatos marineros de Conrad, las conversaciones a la ribera del Jarama o las aventuras de Huckleberry Finn. Unas veces ha arrastrado la acción. otras ha reflejado el estado de ánimo de los personajes, del desasosiego de Pessoa al hastío con que Cortázar observa el aplastamiento de las gotas contra el balcón en una tarde de lluvia. Esa misma agua ha inspirado el presente libro. Y a todos sus autores.