HIGHSMITH, PATRICIA
Sidney y Alicia Bartleby, un joven matrimonio, residen en un pequeño cottage en la campiña inglesa, él escribiendo, ella pintando. Están casados desde hace varios años y llevan una vida muy aislada. Sidney está redactando e intentando vender unos guiones para una serie televisiva, lo que les permitiría paliar sus estrecheces económicas, mientras sigue esperando la respuesta de un editor norteamericano sobre la publicación de una novela que han rechazado ya varias editoriales. La relación entre ambos se va deteriorando y Alicia para descargar la tensión decide, como ya ha hecho en otras ocasiones, ir a pasar un tiempo a Brighton. Aunque en esta ocasión convienen que la separación será indefinida, hasta que ella sienta deseos de volver... Sidney, cuya imaginación trabaja sin descanso, fabula sobre qué pasaría si él hubiera asesinado a Alicia, en vez de tratarse simplemente de una separación provisional, y empieza a comportarse de forma extraña... Y, a fuerza de imaginar cosas horribles, acaban por suceder cosas horribles que dejarán al lector sin aliento.
«Nos lleva al escalofrío, al terror y al parpadeo» (Cambio 16).
«Una de las mejores novelas de Patricia Highsmith. Posee todos los ingredientes para poder conceptuar una pequeña obra maestra del género» (A. G. M., ABC).
«Una excelente novelista que se mueve a sus anchas por los infiernos» (Robert Saladrigas, La Vanguardia).
«Una de las más grandes escritoras modernas» (Gore Vidal).
Nació en Fort Worth (Texas) en 1921, aunque al poco tiempo su madre se la llevó a Nueva York.
Su amor por la escritura fue muy intenso desde su juventud, así como por la lectura. En 1942 se graduó en Barnard College y a los 24 años empezó a publicar relatos en la revista Harper's Bazaar. En 1950 vio la luz su primera novela, Extraños en un tren, con la que saltó a la fama gracias a la adaptación cinematográfica de Alfred Hitchcock, aunque sus novelas más conocidas serían las protagonizadas por el fascinante Tom Ripley, también llevado al cine en varias ocasiones. Hasta su muerte, publicó numerosas novelas y relatos, centrados la mayoría en la psicología de personajes perturba dores. Por diversos motivos, tanto personales como ideológicos, en 1963 abandonó Estados Unidos y se trasladó para siempre a Europa, donde residió principalmente en el Reino Unido y en Francia. Sus últimos años los pasó cerca de Locarno (Suiza) y allí falleció en 1995.