O´FAOLAIN, JULIA
Esta apasionante novela histórica transcurre en la Galia, en las oscuras y agitadas décadas que van del 568 al 587. El pretexto histórico de la narración es la vida de Radegunda, una princesa germana, secuestrada por los francos y obligada a casarse con su captor, el rey Clotario. En una relación paralela a la de Adso de Melk y Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa, Radegunda, acompañada por su discípula Inés, escapa de la Corte y se dirige a Poitier, donde funda un convento del que será abadesa. Sin embargo, lejos de ser el reducto de paz que Radegunda e Inés habían imaginado, el convento oculta secretos demoledores y peligrosas intrigas palaciegas que ponen en peligro su existencia. El desorden social y político en la zona durante la Alta Edad Media sirve de escenario a Julia OFaolain para un poderoso relato de reclusión, pasiones y excesos protagonizados por mujeres. La culpa, el miedo al cuerpo, a la brutalidad de la vida cotidiana, al sometimiento y a la muerte son los sentimientos centrales de unos seres excluidos o voluntariamente confinados, los ejes sobre los que giran la existencia de unas mujeres que traspasan los límites si es que existen entre santidad y locura, y que desean sentirse vivas incluso a través del dolor: deseo que mi sangre palpite, aunque sea loca, profanamente, con vergüenza. La novela refleja la brutalidad de la época. La dureza y la frialdad de la piedra lo dominan todo: ...la comida que me traen sabe a piedra. El agua es pétrea, y yo también estoy medio petrificada, medio muerta ya. El frío y la suciedad lo envuelven todo: la nariz es mi único órgano vivo. Todo huele [...]. El olor a mierda y azufre vienen del infierno. y sobre todo, la presencia dolorosa de la soledad: mándame una hormiga o una cochinilla que camine por la rendija de la ventana. Mándame el ruido de la lluvia, el viento. No me dejes sola.