,PRECARITY LAB
Un nuevo torbellino de acumulación por desposesión arrasa territorios, precariza la vida y agota los cuerpos. La explotación global seacelera, incorporando dinámicas de subordinación compartidas pormillones de personas en el mundo que trabajan en sectoresaparentemente poco relacionados entre sí. La centralidad de laproducción tecnológica abarca desde las minas de litio a la censuradel contenido pederasta de Facebook, así como el ensamblaje de losmicroprocesadores.
El horizonte de las nuevas luchas yresistencias, protagonizadas por un proletariado compuesto decomunidades dispares, pasa por pensar, discutir y experimentar entorno a esta economía precarizante, que cada vez es más capilar ydiversa, y que genera indiscutibles relaciones de dependencia en todas las direcciones. Frente a la espiral de explotación, se creanresistencias que van desde laboratorios de experimentación comomaps.Met en los territorios ocupados por Israel en Palestina, como los programas de administradores digitales de Detroit.
Cuerpos, pantallas y precariedad es un experimento colectivo llevado a cabopor Precarity Lab.
Colectivo surgido en 2016 a raíz de la realización de un estudio en la Universidad de Michigan, pasó, a continuación, a ser un espacio político con la ambición de pensar cómo la tecnoprecariedad es una nueva condición en el espacio productivo capitalista. Compuesto de mujeres, hombres y personas trans, busca la discusión política como impulso para la organización activista. Cassius Adair, Iván Chaar López, Anna Watkins Fisher, Meryem Kamil, Cindy Lin, Silvia Lindtner, McKenzie Wark, Jackie Wan, Lisa Nakamura, Cengiz Salman, Kalindi Vora son algunas de las que firman este texto que se publica por primera vez en castellano.