Entre gorriones muertos, así encontraron Javier Casado y Lidia Litrán los manuscritos del señor Valmiki. Al menos eso es lo que nos cuentan. Este es un libro peculiar, construido desde ese supuesto hallazgo de la poesía de un autor no descubierto aún y al que Javier Casado le pone letras y Lidia Litrán le coloca imágenes. Ambos, cada uno en su disciplina, arman, crean y recrean la poética de este escritor nunca antes encontrado. Restauran y reinventan gloriosos poemas hilados por una increíble historia. Apuntes a pie de página que tratan de aclarar lo que no necesita ser aclarado, o sí. Porque el señor Valmiki lo dejó todo tachado, borrado o rectificado y ellos lo reinterpretaron o sencillamente lo escribieron o lo imaginaron. Como fuese que ocurrió, aquí se despliegan versos magníficos, conceptos e ideas soberbias y una poética magistral digna del mejor Panero, o similar. Todo ello aderezado de las bellas imágenes en blanco y negro que Lidia ha conseguido coser a cada uno de los poemas.
Una obra de arte conceptual.
