CALVO, JAVIER
El año es 1880. El lugar es un almacén de especias abandonado al este de la City de Londres. La escena de un crimen. Dos adolescentes moribundas y vestidas de luto aseguran haber matado a una dama de la alta sociedad. Un inspector de Scotland Yard. No hay armas. No hay respuestas.Viajando hacia atrás en el tiempo, la investigación se adentra en la Sociedad Científica Arthur Travers de Belgravia, una sociedad de magos victorianos cuyas enseñanzas guardan relación con los ríos desaparecidos de la ciudad. Y con una extraña dama a la que nadie más puede ver y que aparece con el viento del Este. A través de esta historia, y de las tres que la acompañan, el autor construye un entramado de textos, alusiones y personajes que funcionan como los mapas, o tal vez como : los tratados de magia. Las sociedades de magos de la época victoriana, Mia Farrow y John Cassavetes en La semilla del diablo, el mito del conjuro de muerte, adolescentes con los ojos plateados, los campeonatos escolares de natación, Mary Poppins. el doctor Who en la época de Tom Baker, la reinaVictoria, la carrera de la banda The Cure en la década de 1980, la comunidad rusa en el Londres de Tony Blair, la cocaína, el opio, la heroína y los hermanos menores con problemas psicopedagógicos.Todo ello unido y girando en un vórtice cuyos temas centrales son la desaparición y la destrucción de la realidad.
(Barcelona, 1973) es, desde sus inicios, un narrador curtido en las más oscuras trincheras literarias (su pasión por H.P. Lovecraft y toda la narrativa gótica del XIX, la superstición, el victorianismo, el momento en el que Viejo y el Nuevo Mundo se confundían, se superponían, buscaban aliados aquí y allá, queda más que patente en cada uno de sus escritos), pero también, un narrador universal, por lo que tienen de singulares sus historias, que consiguen extraer de la realidad una parte para analizarla en un mundo paralelo, tan parecido al real que resulta incluso más real que el que pisamos. Curtido y respetado traductor (lo ha sido de Ted Hughes, Ezra Pound, David Foster Wallace, Chuck Palahniuk, J.M. Coetzee, Donald Ray Pollock y un largo e impresionante etcétera) y guionista ocasional (suyo es el guión de Remake, de Roger Gual), Calvo debutó como narrador en 2001, con la recopilación de lisérgicos relatos Risas enlatadas, a la que siguió su primera novela, El dios reflectante (2003). En 2005 volvió a los cuentos, con la brillante Los ríos perdidos de Londres, y dos años después publicó la novela que lo llevaría a organizar lecturas en librerías norteamericanas: Mundo Maravilloso. Traducida al inglés, el francés, el alemán y el italiano, y publicada, con un enorme éxito de crítica, en otros tantos países, la novela fue finalista del premio Fundación José Manuel Lara en 2008, y relanzó al autor, que sus contemporáneos habían vinculado sin su consentimiento a la llamada Generación Nocilla, situándolo en un nuevo escenario, el de la mejor y más personal narrativa española de los últimos años. En esa línea apuntaba su anterior trabajo, Corona de flores, novela en la que el espíritu zapping de sus primeras obras dio paso a un entramado dickensiano narrado con un envidiable (y siempre muy propio) pulso narrativo. Pulso con el que también está construido El jardín colgante, novela en la que Calvo alcanza una nueva cima en su narrativa, propia de un narrador en mayúsculas.