DRUON, MAURICE
Junio de 1316. Tras un corto y catastrófico reinado, Luis X acaba de morir envenenado. Han pasado sólo dieciocho meses de la muerte de su padre, Felipe el Hermoso. Por primera vez desde hace trescientos años, un rey de Francia desaparece sin dejar un heredero varón. La corona puede ir a la cabeza de una niña de cinco años, sospechosa de bastardía, hija del primer matrimonio de Luis x con Margarita de Borgoña. También puede ser destinada al hijo que espera la segunda esposa del rey fallecido, Clemencia de Hungría. Este cuarto volumen de la serie Los Reyes Malditos revive las luchas encarnizadas que, para apoderarse de la regencia del reino, librarán tres parientes del rey muerto: su hermano el duque de Poitiers, su tío el conde de Valois, y su primo el duque de Borgoña. El conde de Poitiers recurrirá a la ley de los varones para justificar su derecho al trono, adaptándola hábilmente a las circunstancias.
Maurice Druon (1918-2009) nació en París, hijo natural del actor ruso Lazare Kessel de la Comédie Française, quien se suicidó antes de reconocerlo. Estudió Letras y Ciencias Políticas y su temprano interés por la literatura le llevó a colaborar en prensa desde los dieciocho años. Después de haber combatido en los inicios de la guerra, dejó Francia en 1942 para unirse a las filas de De Gaulle junto con su tío, el escritor Joseph Kessel, con quien escribió la letra del famoso Canto de los partisanos que fue utilizado como himno por la Resistencia Francesa.En 1946 retomó su carrera literaria y en 1948 recibió el premio Goncourt por la novela Las grandes familias, primera parte de la célebre trilogía que completaría con las novelas La caída de los cuerpos y Cita en los infiernos (que Libros del Asteroide publicó en 2009). Entre su extensa obra, que consta de novelas, ensayos y obras teatrales y de literatura infantil, destaca también la exitosa serie de novelas históricas Los reyes malditos, que publicó entre 1955 y 1977. A finales de 1966 fue elegido miembro de la Academia Francesa, de la que fue secretario perpetuo desde 1985 hasta su dimisión en 1999. Desde esta institución se erigió en uno de los más acérrimos y polémicos defensores de la lengua francesa.Desarrolló también una brillante carrera política: fue ministro de Cultura entre 1973 y 1974 siendo Georges Pompidou presidente de la República, ocupó varios cargos diplomáticos y fue diputado por París entre 1978 y 1981. Entre las innumerables distinciones que recibió a lo largo de su carrera cabe nombrar la de Comendador de las Artes y las Letras. Murió en París pocos días antes de cumplir 91 años.