HUGO, VICTOR
HABÍA sido el hombre clave de todos los torbellinos que había sacudido el siglo XIX: de cerca o de lejos, en literatura y en política, está siempre en la delantera. Y pese a los críticos, que, como Gide, opinan que fue ?por desgracia? el mejor poeta de todos los tiempos en lengua francesa, hay que reconocer que fue prohombre del Romanticismo francés en todos sus aspectos: un dramaturgo fecundo, un novelista prolijo y exitosos, un escritor cuya producción se nutre, asimila y renueva todas las corrientes, asumiéndolas y superándolas lo más a menudo; y fue, sin lugar a dudas, el poeta más variado y de mayor producción del siglo, que usó la poesía como arma arrojadiza tanto como sistema epistemológico, un hombre tan penetrado de la musicalidad de la lengua francesa que se funde en el verso como todas las riquezas de sus poderosas y originales sensaciones; poeta visionario, que empieza siendo el más clásico de los románticos y acaba siendo el más romántico de los simbolistas.
Victor Hugo (1802-1885) es el poeta más variado y poderoso de un siglo del que es su máximo representante. Su poesía es la máxima expresión de la imaginación literaria que anuncia, con su magisterio, las aventuras poéticas de Baudelaire, Mallarmè, Rimbaud y como ha señalado el propio Breton, del surrealismo.
Victor Hugo (Besançon, 1802-París, 1885) es quizá el escritor más representativo de las letras francesas del siglo xix. De vocación temprana, comenzó su andadura literaria con Odas y poesías diversas (1822), su primera obra poética. Muy pronto fue considerado el jefe de las filas del Romanticismo francés y sus obras encontraron un reconocimiento generalizado debido, fundamentalmente, al virtuosismo de su prosa y a la elección de unos argumentos en los que se entremezclan a la perfección lo misterioso y sobrenatural con la denuncia social más inteligente y certera. Entre sus obras más destacadas se encuentran Las orientales (1829), Nuestra señora de París (1830), Ruy Blas (1838), Los miserables (1862) o Los trabajadores del mar (1866), además de un buen número de obras teatrales, poemas, ensayos históricos y discursos políticos. Victor Hugo murió el 22 de mayo de 1885 a causa de una pulmonía. Su ataúd permaneció durante varios días bajo el arco del triunfo, donde se dice que fue visitado por cerca de tres millones de personas.