VITALE, IDA
La prosa de Ida Vitale se caracteriza por una emoción expresada de manera lúcida y privada de patetismos. Su lenguaje, límpido y preciso, es básicamente el lenguaje del juego. Pero sin que el juego anule la solidez del concepto y sin que la solidez del concepto anule la vivacidad verbal. Sus escritos, riquísimos en recursos, mantienen el difícil equilibrio de una conciencia lírica singular. Ida Vitale se mueve en todas las esferas, desde lo cósmico hasta lo próximo y cotidiano. El lector se encuentra ante una prosa inteligente y bella, de sabrosa agudeza. Léxico de afinidades, reescrito y recrecido para la presente edición, fue publicado por primera vez en 1994. Es, pues, una obra en marcha en que destacan el rigor formal, una límpida dicción y un refinado sentido del idioma. A nodo de cajón de sastre, es una obra formada por textos breves, observaciones caprichosas, añoranzas de la niñez, recuerdos y ensoñaciones, poemas ajenos y antojos formales de todo tipo, sólo regidos por las leyes secretas de la poesía.
Ida Vitale nació en Montevideo en 1923. Allí estudió Humanidades y tuvo como maestro a José Bergamín. Juan Ramón Jiménez la incluyó en una presentación de jóvenes poetas en Buenos Aires. Profesora de literatura hasta 1973, la dictadura la forzó, como a otros intelectuales, al exilio. Vivió en México de 1974 a 1984 y, desde 1989, en Austin (Texas), desde donde viaja regularmente a su país. Vitale publicó su primer libro, La luz de esta memoria, en 1949. Le siguieron Palabra dada (1953), Cada uno en su noche (1960), Oidor andante (1972), Jardín de sílice (1980), Parvo reino (1984), Sueños de la constancia (1988) y Procura de lo imposible (1998), publicados en Montevideo, Caracas y México. Además de poeta, es crítica literaria y prestigiosa traductora. De sus obras en prosa publicaremos en breve Léxico de afinidades (1994), del que Álvaro Mutis ha destacado su «prosa inteligente», «su decantada sabiduría».