DUEÑAS MONTES, RAÚL / ISA RAMÍREZ HERRERA (Ilustración)
Esta vez la tortuga mofletuda tiene que vérselas con los seres humanos, que sin duda son de los más peligrosos, pero la bondad de un niño y de su padre harán que todo mejore a su alrededor.
Esta historia nos demuestra que a los animales, les importa su espacio natural, pues es su hogar y nosotros también deberíamos hacer lo mismo.
Nació en una cueva, en medio de las montañas. Vivió una infancia muy bien aprovechada, ya que aprendió casi todos los idiomas de los animales; se dejó las uñas largas para poder escalar árboles, y el águila real le enseñó a volar. Lo encontraron abrazado a un puercoespín una mañana de verano. Cuando empezó a contar a la gente lo que había visto, decidieron hacer de sus cuentos, cuentos.