SIEMENS
Groppopol era un pequeño monstruo. Todo verde brillante. Sin pelos. Grandes ojos colorados. Y garras afiladas. Cada noche, cuando se iba a dormir, tenía dulces sueños. Se despertaba llorando y a los gritos pelados llamaba a su madre. La mamá de Groppopol, como toda mamá monstrua, quería que su hijo creciera feo, fuerte y malo