En «La alegría de escribir» (el primer poema de Mil alegrías, un encanto, 1967), la voz que habla en el poema se recrea ante la sensación de controlar el proceso en esa inesperada dimensión de lo real que es la página en blanco, cuya nada es una potencia creativa. En efecto, ella puede plantearse como el justo homólogo de la nada bíblica que es el origen de todo, como si la creación del mundo por Dios hubiese sido un fenómeno de escritura: por eso, en las palabras del poeta duerme la tentación de lo absoluto; en la segunda estrofa del mismo poema se puede leer: «Sobre la hoja blanca acechan para saltar / letras que pueden combinarse mal, / frases que acosan/ y ante las cuales no habrá salvación
Szymborska (Prowent, actual Kórnik, 1923 - Cracovia, 2012).Escritora polaca considerada una de las voces más originales de la poesía contemporánea de su país. A partir de 1956, se desarrolla en Polonia, como en otros países del área soviética, un sentimiento nacionalista en el que participan activamente muchos intelectuales que buscan una vía para condenar y superar todo lo que fue el periodo estalinista. Szymborska opta por una reflexión personal e intimista que le devuelva un equilibrio espiritual. En 1996 fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura.