PINO, ENRIQUE DEL
Es un hecho generalmente admitido que los diez años que transcurren entre el 1 de enero de 1931 y el 31 de diciembre de 1940 constituyen el periodo más siniestro de nuestra reciente historia. Y no sólo porque los ya octogénarios que en su día fueron sus protagonistas se ejerciten en la nostalgia. La Historia ha sido injusta al dar noticia de lo acontecido, lo cual les permite sentirse acreedores de un reparación todavía pendiente. La Historia tiene su velocidad de crucero y, aunque lo admite casi todo, ofrece resistencia a la aceleración y el frenazo. La Historia debe darnos noticia de lo que pasó y explicarnos por qué pasó, ya sean involuciones o revoluciones, pues todo forma parte de la realidad, que en estado puro debe coincidir con la verdad. Y ese es el fin de este Diccionario de la España Convulsa.