MEW, CHARLOTTE
Una autora fuera de lo común, una escritora mítica, apenas conocida hasta hoy en nuestra lengua. Sus principales relatos de «tema amoroso» están a la altura de algunos de los grandes nombres de su tiempo. Perdidos en laberintos emocionales y sociales, los personajes de Charlotte Mew parecen condenados a no encontrar la salida o, si dan con ella, a saltar al otro lado.
Mew no se dio mucha importancia como escritora, de modo que como un astro solitario, hosca y distante, Mew cruzó esos años fundamentales en la literatura europea desde una posición excéntrica. Sin embargo, encontró un puñado de lectores relevantes: Virginia Woolf, Joseph Conrad, Ezra Pound, y Thomas Hardy... quien vaticinó el futuro de Mew: el de ser leída cuando tantos «han sido olvidados».
Charlotte Mew (Londres, 1869-1928) fue, además de una excelente poeta, una de las narradoras más interesantes pero menos conocidas de su época. Nacida en una familia con graves problemas de salud (afectada incluso por difíciles enfermedades mentales), sería educada en una prestigiosa escuela para niñas. Completó su formación, en cierta medida autodidacta, con la asistencia a algunas clases universitarias. Ya adulta, y tras la muerte de su padre, vivió junto a su madre y su hermana Anne en Bloomsbury. A los pocos meses de morir su hermana, Mew se suicidó bebiendo media botella de desinfectante Lysol. Buena parte de su obra se ha publicado póstumamente.