MEDINA, FRANCISCO
Quiere a los suyos, verdad? Quiere a sus hijos y a sus padres, a sus hermanos y a sus cuñados... Quiere a su familia sobre todas las cosas. Y, sin embargo, si pudiera, ¿no se libraría en ocasiones de ellos... al menos por un rato? A veces, incluso, ¿por un rato largo? No se preocupe. No es usted un monstruo, ni alguien extraño. Simplemente está comprobando que esos a los que queremos tanto y que tanto nos quieren son maravillosos... pero también, en ocasiones, insoportables. Son los «otros», nuestros «otros», esos que nos llevan a comprender la vieja canción Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio. En Locos por la familia les proponemos un juego. El juego de los espejos. Vengan con nosotros a visitar a una familia, como las nuestras, con padres, hijos, abuelos... Vamos a ver cómo se relacionan, a conocer sus crisis y sus pasiones. Y al tiempo vamos a intentar comprender por qué cada uno de nosotros en el pequeñogran mundo de nuestras familias nos comportamos como lo hacemos.