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Mallorca no es como dijo la famosa escritora George Sand (1838) ?la verde Helvecia bajo el cielo de Calabria?. No necesita serlo, ni siquiera necesita comparación: fue, es y sigue siendo una de las islas más bellas del mundo. Está formada por una serie de paisajes que contratan por su horizonte distinto: la Mallorca profunda o interior no tienen nada que ver con de la Sierra de Tramuntana declarada Patrimonio de la Humanidad o con los humedales isleños, como la Albufera paraíso de ornitólogos. Alfombran el suelo mallorquín la trilogía de cultivos mediterráneos: almendros en flor, vid y olivos más los algarrobos, encinas y los pinos que escarpan en Mallorca hasta los acantilados. Las playas y calas mallorquinas figuran entre las mejores del Mediterráneo, haylas para todos los gustos, para los solitarios y para los que busquen el bullicio y la marcha. A lo anterior se une una docena de pueblos con encanto como Valldemossa o Deià y Palma, con uno de los cascos históricos más impresionantes y grandes del mundo. Mucha riqueza artística atesora Mallorca más una infraestructura turística de primer orden.
MARISA VESTITA estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Lecce, al mismo tiempo que realizaba períodos de prácticas de cómic, diseño de decorados y arte teatral. Siempre curiosa por todo aquello relacionado con el mundo de la imagen, en 2002 se mudó a Milán, donde recibió sus primeros encargos como ilustradora. Está muy interesada en aplicar la tecnología informática al arte y ha completado un curso en diseño gráfico digital en el IED (Istituto Europeo di Design). Su obra está presente en grandes exposiciones por toda Italia. Hasta la fecha, ha colaborado con reconocidas editoriales y revistas a nivel internacional.